La Negra y su gran peña en el cielo

Hubiese preferido escribir otras cosas, pero hoy mi corazón canta penas.
Esas penas en el alma, que no las mata el licor.

Ayer se nos fue una gran decidora de cosas. Una gran CANTORA.

Una mujer que expresaba con su voz, sólida y cálida, los dolores y las bellezas de la vida.
Una mujer que amaba a Latinoamérica y Latinoamérica la amaba a ella.
Una mujer con fortaleza, con carácter, con dulzura, con años de andar y andar.

Madre de muchos.

Seguramente ahora estará por armarse una gran peña en el cielo, junto al Chango Nieto, Suma Paz, Atahualpa, Cafrune, Ricardo Vilca y tantos otros artistas, quienes les estarán dando la bienvenida, y el Tata Dios, un poco egoísta a veces, disfrutando de cada uno de ellos.

El arte trasciende fronteras. Y la voz de la Negra es puro arte.

Cuando sus cenizas sean regadas por nuestras tierras, la Pachamama volvera a formar parte de ella, y podrá escucharse a través del viento su canto. Ese canto, que tantas almas ha calmado.

Ella estará en miles de nuestros corazones.

Por siempre.